mercredi 19 janvier 2011

"No estaba preparada para vivir en este mundo. Entre la vena de locura familiar que había heredado y el descontrol de nuestra educación, no tenía conciencia de sí misma ni sabía dónde podía estar la cordura en su mundo. Intentó rellenar el pozo sin fondo de su corazón con todas las drogas a las que pudo echar mano, pero no le sirvió de nada".

Cosas que los nietos deberían saber
. Mark Oliver Everett









mardi 11 janvier 2011

Lo que más nos interesa en esta vida es el amor, somos así de convencionales y poco sorprendentes. Cada plano tiene que ser un acto de amor. Querremos con un descaro implacable a todos aquellos cuyas imperfecciones sean merecedoras de amor. Me pongo intensa y vacía. Repito tres veces la palabra amor (cuatro), sé que esto no es literatura, es pura supervivencia.

dimanche 9 janvier 2011

robemos un coche

Y llega el final de esa película que iba sobre dos chicas que sobrevolaban la ciudad tóxica. Es un after con restos de cocaína y cubatas calientes. Y ellas ya no son brillantes. Una sólo quiere que le quieran así que se dedica a bailar con un chico guapo que hay en esa fiesta y a hacer el gilipollas, patética, borracha, completamente enamorada de la chica que se mantiene implacable. Quiere celos, quiere rabia, quiere que le diga joder, hazme caso a mí, qué haces bailando con ese imbécil. Esa noche tendrán un polvo salvaje, como los primeros. Y ahí habrá acabado todo.

vendredi 7 janvier 2011

Hoy he vuelto a dormir con Marc, Anna ha hecho un complot para que no tuviéramos internet durante todo el día y así pudieramos limpiar el pisito, hacer bricolaje, redecorar nuestras vidas y para que, en vez de psicopatear en facebook, yo dedicara mi tarde a escribir la mitad del guion de un corto. Dos chicas y una ruptura, todo va de eso, y de todas las historias que se empiezan a narrar por el final. Estoy triste. Y me apetece escuchar a Nacho Vegas, a Micah P. Hinson y a otros tristes. Siempre cuento la misma historia. Ayer Nerea me dijo que la tristeza es como la felicidad, que no dura siempre, y eso me mantiene con un ojo abierto. Tengo miedo y sé que me quedan nuevos fantasmas, idénticas estrategias y que esto sólo es el principio. Adiós, te quiero.