vendredi 30 avril 2010

monólogo a cámara número uno

Hoy leía que Andy Warhol dice que casi todo acto sexual implica una forma de nostalgia de algo, que el sexo es una nostalgia de cuando lo deseabas, que el sexo es nostalgia del sexo. Lo leí y, evidentemente, pensé en ti. Y te eché de menos. Eché de menos mi cara de imbécil y cuando nos gritábamos y nos sentíamos autodestructivas y espléndidas. Después pensé en cada polvo de reencuentro que fue una puñalada directa, y todos los días de después, desnuda y tirada en la calle, sin ningunas ganas de levantarme y salir corriendo. Me acordé del olor a sexo y lágrimas en tu cama, el olor al que fui adicta durante demasiado tiempo. Me acordé de todas las noches en las que hice guardia en tu portal. Me acordé de cuando me volví loca, cuando nos volvimos todos locos, como la chica de Hiroshima mon amour que se vuelve loca en Nevers y chupa y muerde las paredes para lamer la sangre de su amante muerto. Y del “me has roto demasiadas veces el corazón. Te he roto demasiadas veces el corazón. Adiós. Te quiero”. Me acordé de cada día la misma historia. De no saber quién coño era yo. Me acordé de cuando me viste y no fuiste capaz de mirarme a los ojos. De que nunca has sido muy valiente. De lo que hemos aprendido en todo este tiempo, a mentir, a mostrar debilidad, a morir y a matar. Y de todo lo que no hemos aprendido. De que yo ya no sé quien eres y no sé nada de ti. De que fuiste una verdadera imbécil, de que casi se me olvida lo de volver a creer en chicas que se parecen a James Dean y te rescatan con una vespa vieja y negra . Me he acordado de que ahora era el momento de pintarse los ojos, de tener mala fama, de tener pájaros y monstruos en la cabeza, de que me digan joder, me encantas, de dónde has salido.

6 commentaires:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=EMy4CceeBgA

    RépondreSupprimer
  2. zaida, cuanto te quiero,nene

    RépondreSupprimer
  3. cartas, cartas, texto y mas sexto.

    RépondreSupprimer
  4. sangras de maravilla

    me admiras y me recuerdas que, si dejo de hacerlo, no viviré nunca. lástima que mis balas de fogueo estallen antes de haber regalado más sangre. soy INMENTIBLE, y eso me inmuniza contra las cobardes que tuve cerca últimamente.

    besos

    RépondreSupprimer