el día 31 tenía un mail de nerea, una de esas cadenas de mails maravillosas que tenemos con laura y balbina y que deberían publicarse y venderse en auzolan, la central, la casa del libro y libros del asteroide. este mail se titulaba "el año que vivimos peligrosamente". esa noche, cuando marc, aina, anna, alba, sagrado, flo, marga, júlia y yo jugabamos a describir nuestro año con el nombre de una película, a mi me describieron con esa, también. aunque tal vez debería haber sido el año que bebimos peligrosamente (risas enlatadas, guiño x 2 a nerea)
así que supongo que peco más de insensata que de brillante. arroz brillante.
y que no me vanaglorio de ello, aunque me encanta la palabra vanagloriar, como las chicas guapas y maravillosas que van a enamorarse de mi cuando hoy salga a la calle. pues que suenan muy bien, aunque no nos las creamos y así seguimos para bingo.
y por ser consecuentes con nuestro nulo sentido común un día vamos a acabar ostiadas pero de verdad, si no nos ha pasado ya. que yo creo que sí. vaya, el que esté libre de haber sido vapuleado -debajo de las sábanas- que tire la primera piedra -entre mis piernas-.
y entonces le echo la culpa a mi género bobo y al género bollo y no sé a dónde quería llegar con todo esto.
que fracasé una vez, fracasé diez mil y aún así alzo mi copa hacia el cielo, a eso.
http://www.goear.com/listen/932d218/un-desastre-manifiesto-nacho-vegas
no olvidar: el último metro.
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