Esa chica que ahora baila como una loca. Las luces de
discoteca construyen su cuerpo, los gemidos, las camas usadas, la saliva. Hace no tanto o hace ya mucho gritaba y movía
el colchón de un lado a otro, intentando borrar toda huella de un primer amor
que la rajó de arriba abajo. Una baila y la otra no. Cómo volverse necio e impune, cómo desprenderse
del miedo, cómo desaprender las consecuencias, cómo no oponerse a la pérdida
sin límites, cómo no oponerse a la victoria sin límites. Y los amores vencidos. De todo eso debería ir el nuevo texto que estoy escribiendo.
Il y a 2 ans