mardi 18 septembre 2012

una mujer cortada en dos


Hay una parte en eso de ser una bollera joven y más o menos guapa que te pone mucho. Siempre has formado parte de esos “otros”. Eso te ha hecho ser más tímida, más intelectual, más introvertida y estar en general más jodida. Te crees más interesante que el resto (los “heteros”, sólo nosotros los llamamos así). Sentada en un sofá en medio de chicas colocadas de eme se está bien. Si has follado poco, lo habrás hecho por lo menos con dos o tres de las cinco que hay ahí. Son guapas y se imaginan salvajes. te sientes como una parte de un movimiento que no existe: elitista, diferente, definido como trasgresor sin ningún tipo de sentido. Es acomodado y aburrido. Es el espacio donde te sientes bien. Mi lucha es ir a fiestas de maricas y bolleras, hacer bromas sobre mi sexualidad, sentirme superior a las orcos, bolleras de chueca o las mayores trasnochadas y con papada. El sábado por la noche estás besando a dos chicas en el sofá de esa que fue ex amante tuya y el lunes estarás callada, sin decir ni una palabra cuando tus compañeras de trabajo heterosexuales y chillonas hablen de sus conquistas y te pregunten a ti. No te asustes, nunca te van a preguntar demasiado. La gente prefiere no saber demasiado. Estás cortada en dos, escindida. Te has pasado toda la vida simulando, así que otra mentira significa poco. Te gustará una heterosexual por lo menos una vez en la vida y no comprenderás que se deje llevar por esa forma de vida que presumes tan convencional. Querrás patear a todos los chicos guapos e interesantes que se la follen. En secreto deseas parecerte a ellos.